Modelo: Natalia Téllez @natalia_tellez

Fotografía: Fabio Gómez @fabiogomez.art 
Retocador: Daniel Stave @danistave
Estilismo/arte: Emanuel Catrina @ecatrinaa
Pelo: Luz Gonzales @_luzgonzalezz con productos Kevin Murphy @kevinmurphymx
Maquillaje: Roberto Sierra @robbielikemargot
Vinculación de moda: José Nogal @josenogal

Arte: yoniel figueroa rocha @yonhfigueroa 
Texto: jhovany adain sánchez martinez @jhovaadain 

Vestido: ignacio carrasco @ignaciocarrasco 
body: nirvana beachwear& travel @nirvanamx 

Natalia Téllez es conductora, actriz, columnista y locutora. Una mujer con una fuerte pasión por la comunicación; feminista, en la búsqueda constante de la equidad de género, defensora de los derechos LGBT+ y el medio ambiente. Humana, franca al hablar y de libre pensar.

Nota: En esta sesión de fotos para esta edición se utilizó material reciclado, todas las botellas y plástico utilizados se enviaron después a una empresa de reciclaje.

Natalia se encuentra en el ciclorama, izquierda y derecha, trata de ser seria pero se le escapa una sonrisa cada tanto, dejando entrever parte de su carácter: es cálida, de “sangre ligerita” dirían por allí.  Encuentra en la cámara un amigo más de esos que te conocen de antaño y con el cual puedes ser franco.

De silueta menuda, cabello corto y brazos ligeros; la cabeza en alto (nunca seria), con pecas, tantas como puedes contar.

El atuendo para este cambio es verde; vestido y tul, con botas amarillas. Se tumba y mira el lente, después mira al horizonte y quién sabe qué piensa.

Nos encontramos en un estudio en el corazón de la Ciudad de México, con ventanales que dejan pasar la luz de la mañana de una capital bulliciosa.

Déjalo ir de Benny Ibarra fue el primer trabajo a cuadro en mi vida y eso es muy bonito”.

Su voz profunda e intensa da muestra de su paso en la radio. Tiene un sentido del humor  alegre e irreverente. Natalia nunca pasa desapercibida. 

Se cambia y la retocan, peinan y vuelven a acomodar el vestido o falda o lo que toque en este cambio.

-¿Cuál ha sido el logro más importante en tu carrera?

Se queda pensando un momento y contesta:

El mundo al revés Es el proyecto que logré escribir y editar, incluía cosas que realmente me gustan y me interesan, no hay nada que rescates más como conductor y comunicador que tener la libertad creativa y la libertad comunicativa también, porque no había una línea de cómo vestirse, o de cómo hablar, realmente ahí me creé y a la fecha es un gran orgullo haber logrado hacerlo.

Uno vuelve a imaginarse a Natalia con Alejandra Bogue brindando por la gente rara en esos primeros programas de su autoría. 

La pasión que impregna en cada paso se desenvuelve  en el romanticismo y melancolía de Kundera. Una biblioteca musical con Radiohead, Frank Sinatra y The Beatles. Y por el cine de David Lynch y los universos creados por Miyazaki, con un castillo vagabundo envuelto en magia.

Con esas referencias uno trata de entender su visión del universo; su caminar a lo largo de diferentes programas con matices distintos y en plataformas tan diversas que van desde la pluma, pasando por voz y llegando al cine y la televisión.

Telehit fue el comienzo de una carrera hilarante y osada. Pensar en la conducción como profesión le llegó cuando miraba los inicios de los programas de música, epifanía que le abrió la mente e hizo que concursara para quedarse como conductora en el canal.

“Tengo un enorme amor por la música y los videoclips, no puedo crear música, no tengo el oído ni el talento para hacerlo, pero mi cercanía a este mundo es a través de la conducción”.

Sus ojos miran sin mirar, se encuentra viajando, rememorando sus inicios.

“Yo era esa niña sentada y decía: ¿cómo?, les pagan por entrevistar a Café Tacvba, a Fobia y a Víctimas de Doctor Cerebro y después iban a los musicales y regresaban con los conductores y debatían y sabían de lo que estaban hablando. Era una generación que amaba la música, eran referente de un tipo de comunicación donde no había guiones, no había prónter, no había línea, nadie te decía: aquí tienes que hablar bien de tal banda, tú podías pararte y decir: odio ese disco o lo contrario: los amo sin control, eso es lo que agradezco de Telehit, la libertad de hablar de lo que realmente te apasionaba y la apertura”.

Libertad inclusiva de la cual, emocionada, como un adolescente que acaba de hacer su primera travesura (inocente claro está) sigue: 

“Rompedora Alejandra Bogue, que era la primera mujer Trans que estaba en televisión. Somos esa generación, donde gente joven podía hacer televisión con línea creativa y libre”.

Me aventuro a decir que esa generación de conductores de la que Natalia es parte, tanto en música como en otros programas con diferentes sellos, crecieron a la par de la música mexicana sin importar el género que tocasen.

Tan variada como la música son los programas en los que Natalia ha conducido sin perder la honestidad y coherencia al hablar: “De Telehit a Hoy yo creo que es como el cielo y el infierno de diferente y de radicalmente opuesto en contenido, en elenco y en todo, y es lo que más te puede enriquecer; es justamente tocar polos, es la única manera en la que te pruebas quién eres tú y de qué material eres, porque no depende del concepto del canal: alternativo en Telehit, o si es familiar como en Hoy, o si es de mujeres empoderadas como en Unicable, tendrás que decir en cualquier plataforma que estés cuál es tu postura y cuál es tu ingrediente”.

Estar en televisión abierta hizo que Natalia reflexionara más sobre sus actos y su decir. Saber que la televisión sigue siendo el principal medio de comunicación es pensar en el mensaje y la forma de darlo.

Congruente con lo que dice y piensa, mide las palabras antes de decirlas, sabe de su responsabilidad como comunicadora, profundiza su mirada.

“Tienes que ser tu propio ingrediente y eso no puede ser modificado, no importa la plataforma, no importa quién este al lado. Me sostengo en una línea de comunicación, que pretendo, siempre sea positiva, honesta, porque también está la gente que te sigue y ve en ti un modelo. hay que apoyar los derechos LGBT+ y posturas en pro de la mujer”.

El momento en el que se encuentra es fruto de su constante exigencia personal y profesional, no hay que ir liviano por la vida, hay que ir de lleno. “Me enfoque en trabajar en todas las plataformas que pudiera y de repente lo logré: tenía un programa en radio, escribía una columna y estaba en dos programas de televisión, pero llegue a un tope de Natalia y dije: ¿de aquí qué voy a hacer?”.

Reflexiona un instante, tan fugaz que pareciera que la duda o el miedo nunca se han cruzado de frente, pero es humana, como cualquiera. Responde.

-Siempre estás buscando estar estable y cuando lo estás, hay que patearle la pata a la silla. Hay que irse. Siento que por mucho rato era Natalia, de Telehit y después Natalia, de Hoy, me he ido siempre que eso ha ocurrido, porque a la larga quiero ser Natalia Téllez, no de, y eso incluye hombres y trabajo. Debemos ser seres completos con nombre y apellido”.

“Soy un trabajo en  construcción, en evolución”.

Natalia Téllez es actriz de formación, oriunda de CDMX, con un familia que le enseño valores que le ayudaron a crecer como ser humano. Durante la sesión para esta entrevista llegó su papá Guillermo Téllez, pintor y escultor; de carácter liviano, energía que irradia calidez, se nota el parentesco. Natalia sonríe.

“Lo bueno de este camino es la gente que te topas y que conecta con lo que haces y viceversa. En este andar creativo, ustedes lo saben porque también están en uno igual, de todos los proyectos y todo lo que gestionas, lo único que te queda son las personas y las experiencias”.

La cercanía con su papá, hermana y amigos es una fortaleza que le ayuda en un medio que suele ser estresante y agresivo, cuenta: “Un periodista me llamó y me dijo con morbo: dicen las malas lenguas que a tu hermana le gustan las mujeres, y le dije: No, no dicen las malas lenguas, mi hermana es lesbiana y se casó con su pareja y llevan 12 años juntas desde que pasó la ley de sociedades de convivencia”.

En casa tiene el premio Orgullo de mi Ciudad, otorgado por la comunidad LGBT+.

La cercanía con sus fans es otra sustancia que Telléz atesora, es feliz con el mole y sus mazapanes.

“Tengo la bendición de fans muy cercanos, me conocen desde mis inicios, los he visto crecer, hay una chava que se llama Lupita, conozco a su mamá, papá y a su hermana, la he visto entrar a la universidad, hemos crecido juntas -dice con una sonrisa que le ilumina el rostro- Hay una fan que le puso Natalia a su hija, esa es la cosa más hermosa y bella, y que no merezco nunca en la vida, y espero no haya sido un error. Trabajo para que no lo sea y hacerlos a todos sentir orgullosos”.

Se sabe querida y sus fans saben que el querer es correspondido.

Uno se topa con Téllez sentada mientras la maquillan, saluda alegre, trata de estar lo más quieta posible. A su lado se movilizan con las prendas, vestidos de tul de colores pastel y unas chanclas de un estilo chillón

Es una mujer que busca inspiración constante, tiene una filia con la cultura japonesa y en Instagram puedes notar que es arriesgada con las prendas que usa. El proceso creativo que utiliza se basa en un pilar, tan humano y antiguo, su numen: el dibujo.

“Confió en dibujar como proceso creativo, si no puedo dibujar, no puedo ser creativa en nada. Dibujo como hobby, sin embargo, durante dos años no pude hacerlo y entonces empecé a no poder escribir mi columna, va de la mano. Si estoy estresada o triste dibujo y entonces si dibujo puedo escribir y si puedo escribir puedo actuar y si puedo actuar puedo conducir”.

Artemisa, escritora y hermana tiene un proyecto de cuentos donde Natalia sería la ilustradora.

“Soy fan de las cosas que ella escribe” confiesa orgullosa.

“No hay ninguna persona en los medios que sólo se dedique a ellos, debes tener un arrebato, un escape de inspiración -Espera y después con un tono serio sigue- La chamba de estar en cualquier plataforma y ser comunicador merece todo el respeto y es más complicado siendo mujer, y sí, seguiremos con esos temas aunque piensen: ya estoy hastiado, seguiremos con ello, hasta que logremos una equidad”.

Me da pie a la siguiente pregunta: Feminismo.

“Es el tema de todos los programas, blogs y redes sociales. La gente luego dice estar harta del tema, pero mientras sigan robando niñas en el país, haya violencia doméstica y feminicidios o haya un artículo como me ha pasado de empoderamiento femenino  y existan demasiados ataques, inclusive de mujeres, donde el artículo sólo pretenda equidad de género, porque, no se nos olvide nunca, el feminismo no pretende demeritar al género masculino, sino pretende que exista una equidad, nadie pretende hacer los géneros iguales, pretendemos que haya equidad de oportunidades”.

La mujer lleva históricamente una desventaja social; nuestro deber actual es borrar esa línea divisora, crear comunidad.

“Algo que yo he vivido muy de cerca es el prejuicio a la comunicadora: se espera que vayas en minifalda, pero si lo haces piensan que no sabes entrevistar, el lado contrario si vas en pantalón y sin maquillaje te juzgan, y ambos conceptos están erróneos, tanto derecho hay en ir en minifalda como de ir más cómoda. Tiene que haber respeto por la chamba antes de cualquier prejuicio”.

Natalia se contiene. No hay formas de no mostrar coraje, impotencia y tristeza ante las situaciones a nivel nacional y global y es que hay constantes ataques a la mujer tanto en casa como en su profesión, basta con mirar las redes sociales, ojo, no tanto las noticias televisadas que pasan filtros para cuidar al televidente, pero las redes sociales han mostrado mayor honestidad, sin embargo también hay que saber en dónde se informa, incluso si el platillo de noticias es más diverso. 

“El papel de la mujer en los medios de comunicación es la honestidad, porque solamente así podremos romper los prejuicios y tabúes; cuando hablas de temas en primera persona y eres figura pública se vuelve muy importante decir la verdad, seguro te atacarán y juzgarán, pero vale la pena porque el mensaje podría llegar a personas que se puedan identificar o lleguen a hacer (el mensaje) más comprensible para gente cercana”.

“La mujer ha sido sometida a un estándar tan limitado y lo que necesitamos es abrirlo, abrirlo y abrirlo aunque se cansen, aunque estén hartos de la palabra “empoderamiento”, pero tenemos que abrir tanto hasta lograr la libertad total; libertad de decidir si te vas a casar, los hijos o no que quieras tener. Es tú decisión. Libertad para todo”.

Las actuales y nuevas generaciones están haciendo un eco, se están haciendo escuchar, quieren mayor libertad en su sexualidad y en su andar en la sociedad. Así como mayores cuidados al medio ambiente.

“Me siento muy orgullosa de las generaciones que han venido a romper varios paradigmas, antes por ejemplo, era impensable mi perfil en muchos de los programas y luego fue necesario y eso no fue porque Natalia Téllez, qué chingón, eso fue porque miles de mujeres chingonas decidieron diferente y buscaron diversidad, entonces las marcas y los medios buscaron cubrir la necesidad, pero va más allá: están dando visibilidad”. Medita un momentos, su semblante se vuelve serio.

“Los medios lo hacen para que consumas, es cierto, pero dependerá de nosotros si lo consumimos de esa manera, pienso que toda esta revolución de integración tiene mucho de consumismo, es totalmente cierto, pero también abre brecha para las minorías y para las mujeres que se quieren ver representadas en diferentes momentos y siluetas. Espero que nosotros seamos lo suficientemente valientes para decidir que ya no se vea como un producto innovador sino algo más, que represente alguien real y este no sea un punto de venta”.

El impacto ambiental generado por los seres humanos nos ha puesto fecha límite, la O.N.U. declaro recientemente que tenemos hasta 2030 para evitar una catástrofe global. Las acciones en pro de nuestros bosques, ríos y selvas son necesarias; impactar en el consumismo, en la producción de alimentos y productos es una tarea vital.

Natalia lo sabe, sus ojos lo demuestran en cuanto entramos al tema. Quizá acomodando las palabras se toma un instante, después, responde.

“Tenemos que hacer personal el cambio climático y los constantes problemas de flora y fauna, es decir, como individuo en mi realidad; ¿hasta dónde puedo ayudar?”.

La estancia es alta, la sesión transcurre, Natalia es disciplinada se quita y pone prendas: un chaleco… otras botas.

“Soy una persona que consume lo necesario, tengo claro cuáles son las cosas que me gustan y necesito, gracias a Dios me criaron personas de libre pensar y me educaron para poner primero tu corazón, alma y tus pensamientos, suena muy cursi pero no lo es”.

Hacer conciencia con tus acciones es una labor titánica y muchas veces cuestionada, porque cuando se trata de señalar al ser humano le encanta hacerlo sin importar si la acción es buena o mala.

“No consumo cosas por marca, trato de consumir menos de todo lo que tiene que ver con plástico, porque, además, te lo estás tragando-. Medita un segundo y sigue. –Y algo importante: no juzgar a quien recicla poco o tiene acciones pequeñas en pro del medio ambiente, hay que reciclar estas ideas, cada persona, a su nivel de conciencia, está haciendo lo propio. Cada día hay que aprender, transformar y crecer. Hago lo que puedo, pero jamás intentaré que tú hagas lo que yo hago o que tú estés en el proceso en el que yo estoy”. 

Respetar y ser sensibles, es la insignia de ella. Ser conscientes de nuestro hoy, buscar un mejor futuro y venerar lo que nos rodea, cada hoja, cada ser vivo.

Me encuentro frente a Natalia, en el ciclorama que fungió de fondo en la sesión de fotos; es abrazadora, sonríe mucho y no deja de hacer bromas, sí, esa misma Natalia que está a cuadro en televisión, es la misma aquí o dónde se encuentre.

-Natalia, ¿ves cercana la conciliación humano–naturaleza? Le pregunto y ella reflexiona lo suficiente para hablar desde una postura humana, cercana.

-Es una cuestión de conciencia, mientras no seamos empáticos con el humano no  lo seremos, tampoco, con los animales, ni con la naturaleza. Seguiremos sin valorar los océanos, los bosques y desiertos es muy raro porque conozco personas que aman a los animales y están preocupados por el medio ambiente, pero odian a los humanos y pienso que no puede ir disociado, la empatía es una cuestión que se enlaza, sino sentimos empatía por todo lo que es diferente a nosotros, eso va a permear a la naturaleza, entendamos que somos parte de lo mismo; el cuerpo nada más nos sostiene pero somos brutalmente iguales: árbol, animal, humano. Hay que entender que vivimos en la misma casa.

Apoya a diferentes fundaciones, entre ellas GreenPace y otra donde amadrina a dos niños y una más para apoyar a los atletas paralímpicos.

“En México en verdad es complejo, mientras no sea fútbol o algún deporte de masas, no apoyan. Ellos son héroes. Los chicos en matemáticas, en arte son ignorados y no es que odie al fútbol, sólo hay que equilibrar”.

Natalia Téllez es un ser humano que camina para encontrarse, constantemente, alegre y con metas fijas.

“Nada impacta más a otro ser humano que el camino del otro”.

El tiempo se ha ido de nuestras manos en la intimidad de una reveladora conversación que, atrevida y sútil, muestra los crisoles de Natalia Téllez quien va, paralelamente, entre la realidad humana y el personaje de los medios, sin olvidar que es una mujer de tierra y corazón latiente.

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